Día 5 del año 1 después de Covid
Feliz Día del padre
Por primera vez he tenido que mirar el encabezado del último texto para saber qué jornada hemos vencido: día 5. La sensación es la de un océano de tiempo que se diluye en el olvido. Es como una de esas escapadas de fin de semana en las que uno desconecta tanto que, al volver, parece que ha pasado una semana. Pero a la inversa.
Pese a todo, ha sido un gran día. El Día del padre. Los niños han entrado en la habitación emocionados al grito de ‘felicidades papá’. Regalos artesanales hechos con el amor más grande del mundo: un llavero, una foto, un marcapáginas, un dibujo… Y una poesía: “Alto como la luna, grande como el mar, el más fuerte de todos, ese es mi papá”. Así nos ven, pese a que fracasamos muchas veces. Ahora más, porque también nos ven más, claro.
Pero como decía, ha sido un gran día. Hemos jugado al mítico ‘monstruo de las cosquillas’, hemos arreglado bicis y las han usado en el garaje, hemos tenido aperitivo con pistachos y doritos… y cerveza, por supuesto. Y hasta hemos visto ‘La historia interminable’, acompañando la imaginación desbordante de Bastian en su lucha contra la nada, única forma posible de salvar a Fantasía.
Y tal vez en esos consistan estos días, en que la imaginación venza a la nada, al vacío que van dejando las jornadas; a las ganas crecientes de salir, de gritar, de abrazar. ¡Ay! Los abrazos… Esto daría, como mínimo, para un microrelato. En una sociedad en la que, en cierta medida, habíamos banalizado las muestras de cariño, cómo vamos a valorar en un futuro cada abrazo. El abrazo que le damos a papá; el que ya no le podemos dar a los abuelos; el abrazo a los amigos de verdad, mientras que abres una birra en la barra de un café; o el que le das a tu mujer por ser quien es. Abrazos para todos y sin peligro. Ya queda menos. Aguanten.
Y un último abrazo para todos esos padres heroicos que lo intentan y fracasan cada día, para volver a intentarlo al día siguiente. Y así siempre. Gracias a ellos, a nosotros, el mundo, aún confinados, es un poquito mejor cada jornada.
Otra familia en Vigo sigue confinada con 2 niños en una casa de 50 m2 (4 personas) y es el OCTAVO día sin que nadie les haya realizado la prueba PCR !
Llaman diariamente y el protocolo dice que sigan esperando encerrados en su casa !
En la tele aparecen misteriosos centros de test sin bajar de coche (Meixoeiro) pero en Vigo parece que la gente no tiene prisa por confirmar o descartar los focos de la «supuesta infección» (?)
En 5 horas cumplirán su NOVENO DÍA de encierro !!!