Balaídos, historia de un desencuentro

En el verano de 2014, Celta y Concello cifraban la reforma en 25 millones y fijaban la conclusión de las obras para inicios de 2017

Ayer, más de mil días después de esa fecha inicial prevista, el alcalde anunciaba el proyecto de reforma de la grada de Marcador por más de 16,6 millones, y aseguraba que «no hay ningún retraso»

Por el camino, una concesión sin concretar, una Ciudad Deportiva para Mos, y la ruptura del acuerdo a tres bandas -Club, Xunta, Ayuntamiento- escenificado en diciembre de 2017

Eran los días de vino y rosas. Verano de 2014; apenas un puñado de meses antes de unas elecciones municipales en las que el acalde, Abel Caballero, aspiraba a revalidar mandato alcanzando su primera mayoría absoluta. Una época de promesas y buenismos sustentados por un papel que todo lo agunta. Fue ahí, a finales de agosto, cuando Celta y Concello, Concello y Celta, estrecharon sus manos alegres y convencidos: un nuevo Balaídos esperaba; un estadio a la altura del Club y de la ciudad que estaría listo a comienzos de 2017 y que costaría unos 25 millones de euros.

ZFV

Ayer, acabando un febrero cualquiera de un año bisiesto (2020), Caballero anunciaba la aprobación, en Junta de Gobierno local, del proyecto de reforma de la Grada de Marcador por un coste de 16,6 millones, y aseguraba que «no hay ningún retraso». ¿Qué ha pasado en estos años?

Muchas cosas. Demasiadas para una reforma aún a la mitad que ha dado todo tipo de titulares: desde «el Guggenheim del fútbol» del regidor, al «alcalde no me sometes» del presidente del Celta, Carlos Mouriño, tras la ruptura de todos los puentes.

Lo cierto es que todo se ha enquistado con los años, y que mientras tanto los costes se han ido disparando. Sin ir más, lejos, el recién aprobado proyecto de la grada de Marcador ha pasado en un año de 13,8 a 16,6 millones. Pero tampoco hay satisfacción, al menos desde el Club, en lo ya hecho. Basta recordar la polémica con la grada de Río, con un ridículo espacio entre butacas que llevó al equipo a ofrecer en su momento el cambio de localidades.

Males menores a los que se fueron sumando otros mayores, como la famosa concesión administrativa sobre el estadio, que permitiría al Celta hacer un uso comercial de las instalaciones a cambio de un canon anual. Canon que, después de muchas vueltas, se fijó en 890.000 euros, y que acabó perdido también en la marea de enfados y descalificaciones. Hasta el punto de que hace hoy justo un año Caballero aseguraba que no sabía si había «clima para hacer la concesión».

Y eso que, en medio de todo este proceso, hubo un tiempo en el que parecía que las aguas volvían a su cauce. Fue el 16 de diciembre de 2017. Aquel día, en el Pazo de los Escudos, se escenificó un acuerdo a tres bandas entre Xunta, Concello y Club para garantizar el futuro del equipo: la Ciudad Deportiva estaría en Mos -tras innumerables planteamientos para construirla en Vigo que el tiempo y la falta de plan urbanístico se llevaron por delante-, y el nuevo Balaídos se terminaría de la mejor posible a cambio de una concesión que asumiría el Celta.

Ese jornada, Carlos Mouriño regaló a Caballero y a Feijóo un reloj con una inscripción: «Presente, futuro e ilusións. Poñamos os nosos reloxos en marcha. Neste momento conectámonos». Pos desgracia, el reloj dejó de dar la hora poco después. En el ayuntamiento, por el que motivo que fuese, no gustó el proyecto deportivo de Mos, y empezaron a poner trabas a su desarrollo, presentado objeciones a la modificación del PXOM del municipio vecino.

El club, en boca de su presidente, estalló: «Alcalde, no me sometes; no vamos de la mano». Era marzo de 2018; apenas 3 meses después de aquel acto de Los Escudos que encabezó un ilusorio lema: «Xuntos construimos o futuro». Después llegarían nuevos desaires, ausencias o movimientos en el palco, anuncios y contraanuncios de proyectos de gradas y reformas… hasta hoy. La historia de un desencuentro previsible y evitable entre el Concello y el Celta que, al final, no hace sino perjudicar a los más débiles: los aficionados, que más allá de los líos y desencuentros políticos, el sábado seguirán sufriendo con su equipo.

2 COMENTARIOS

  1. Algunos llevamos años sin saber cuánto dinero público se ha enterrado en la broma de Balaídos?
    Como se puede comprobar el primer Convenio con la Diputación de Louzán (PP) se firmó por 30 millones. Después de 5 años ya nadie sabe cuántos millones se llevan gastados y cuántos millones faltan para terminar esta barbaridad de Caballero! Algunos hablan ya de 60 millones ?
    Alguien puede averiguar cuánto dinero público se está enterrando en Balaídos? https://flic.kr/p/NG6EzJ

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