De entre todos los proyectos, 5 obras ganadoras forman parte de la muestra con la que se pondrá fin al II Programa de Arte Digital SMTH
El Centro Comercial Vialia Estación de Vigo acoge, desde el pasado 1 de marzo y hasta el próximo 15 de junio, la exposición universitaria de arte digital «El cuerpo sentido» que muestra el trabajo de los cinco artistas ganadores de la segunda edición del Programa de Arte Digital SMTH. El pasado mes de octubre, SMTH, empresa especializada en nuevas tecnologías y experiencias digitales, lanzó una convocatoria para jóvenes universitarios en el que participaron estudiantes de los centros académicos de arte y diseño U-tad, LABA Valencia y Escuela TAI.
Esta exposición abre la oportunidad a los alumnos a abrirse camino en el mundo del arte explorando la percepción de lo corpóreo a través de un medio totalmente abstracto y virtual como es el arte digital. Las obras fueron seleccionadas por un jurado compuesto por la fotógrafa Lupe de la Vallina y las instituciones organizadoras.
Una alegoría a la experiencia del cuerpo sentido, una invitación a la reflexión sobre cómo el cuerpo interactúa con el entorno a través de sus acciones para posteriormente proporcionarle significados. Se trata de «Lo (in)consciente de lo (in)tangible», obra de la artista mexicana Cosette Reyes (estudiante de LABA Valencia), que explora nuestras capacidades comunicativas a raíz de la reciente pandemia.
Tomando la tecnología como inspiración, «Mis píxeles» habla sobre cómo nos fusionamos con ella. Ya no nos vemos a través de espejos, sino a través de pantallas. Sin darnos cuenta somos tecnología. La obra de Paula Martín (estudiante de la Escuela TAI) explora el cuerpo tecnológico en el que nos hemos convertido. Dejamos de tener células hace mucho tiempo, ahora estamos formando píxeles.
El colectivo Fatui está compuesto por Paula Arboleda, María del Prado y Sergio Pérez (estudiantes de U-TAD), y presentan «La contraposición de la percepción». La obra muestra una yuxtaposición de la percepción del ser a través del sesgo de la máquina, haciendo más notable la problemática de la sobreexposición de la persona en los diferentes ámbitos de interacción, generando con ello la existencia de innumerables percepciones de uno mismo según el contexto.
Como una representación más “codificada” del ciclo de la vida, Pablo Fabrellas y Joquín Clemente (estudiantes de U-TAD), nos hacen reflexionar a través de «Sensecode» cómo los diferentes sentidos nos guían en nuestras distintas etapas a través de este bucle infinito.
Cada etapa marca un ritmo y manera de explorar lo que nos rodea, siendo el cómputo de todas ellas lo que acabamos llamando ‘vida’.

Mediante la introducción de objetos inconexos en un medio de cera parafina, «Infosil» trabaja la inocua pero prevalente acumulación de información digital en el cuerpo, llevando la estratificación objetual de la psique al medio físico. Elena Cantón (estudiante de la Escuela TAI), recoge cada recuerdo, vivencia, destreza o singularidad bajo la urdimbre del ciberespacio, archivada en su idiosincrasia donde la finitud no llega a alcanzar. Fosilizada en esencia, la información prevalece. El cuerpo ya no rinde culto a la vida. Lo hace Internet.