LOS PECADOS DE NUESTROS PADRES

En una casa bastante aislada de un pueblo de Suecia, aparece el cadáver de su propietario, supuestamente fallecido por causas naturales. Al vaciar la casa, descubren en un arcón el cuerpo de un hombre, muerto de un disparo, que había desaparecido casi sesenta años antes. Aunque el crimen estaba prescrito, un patólogo forense ya muy enfermo pide a una ayudante de fiscal que investigue el asesinato, como favor personal a la familia del fallecido. Colaboran en los trabajos de investigación dos parientes de los difuntos: la hermana del propietario y el hijo del asesinado.

Autora: Åsa Larsson – Editorial: SEIX BARRAL. Barcelona, 2022 – Páginas: 608 – Género: Thriller – Público: Adultos


Esta extraordinaria nueva novela de Åsa Larsson ha llegado a España con la vitola de ser una de las más premiadas del presente año. Ha sido galardonada con el Premio a la mejor novela de suspense de Adlibris, el Premio a la mejor novela policiaca de los Storytel Awards, y el Premio a la mejor novela negra del año de la Academia Sueca. Todo un logro para la nueva novela de la escritora sueca (Upsala, 1966), una de las grandes de la novela negra contemporánea. Larsson ha creado un personaje muy notable, que es ya historia en la literatura del género: la abogada Rebecka Martinsson, que también protagoniza esta novela.

Comienza la historia narrando la historia de una mujer sueca que, jubilada hace poco tiempo y sin objetivos en su vida, decide poner fin a la misma ahora que aún puede decidir por sí misma. Poco antes de consumar su deseo recibe una llamada desde la aldea remota donde residía su hermano; el encargado de la tienda donde suele comprar suministros lleva unas semanas sin verle y sin información sobre él. Cuando la hermana se acerca a la casa – en pleno invierno, con temperaturas bajo cero – comprueba que está muerto, no sabe desde hace cuánto tiempo. En una primera inspección de la casa descubre otro cadáver en un arcón congelador, por lo que debe llamar a la policía. A partir de ahí comienzan una serie de pesquisas y acontecimientos diferentes, en los que seguimos la evolución del asesinado sesenta años atrás, mientras Rebecka apoya la investigación policial.

La historia es muy buena, y está muy bien llevada. Los personajes principales, sobre todo la fiscal Rebecka Martinsson, están muy bien definidos. Lo que tiene la novela negra escandinava es que siempre pivota sobre el particular clima del norte de Europa: oscuro, con poca luz, con mucha nieve, carreteras heladas y salidas de casa que son peligrosas en sí mismas. Así, son relatos claustrofóbicos, propicios para los que disfrutamos de esa oscuridad en el relato.

Pero a esa oscuridad de fondo acompaña también la oscuridad de la propia sociedad noruega. Comenzar un libro con el relato de un suicidio, valga la expresión, razonado, o razonable, indica un mundo enfermo, donde el valor de la vida humana es ínfimo. Y eso es penoso. Igual ocurre con la situación de las familias, muy deterioradas en general. La autora trata los divorcios y las rupturas de las relaciones entre padres e hijos como frecuentes e inevitables (con una excepción honrosa, en la persona de una policía madre de familia numerosa). Molesta también, en mi opinión, la frecuencia del lenguaje grosero gratuito, no sé si debido a la traducción – ocurre a veces, en las novelas y en el cine, que se introducen palabras malsonantes para que la acción gane en verosimilitud, supuestamente, cuando podíamos aprovechar para utilizar un lenguaje más educativo, digo yo – o a la propia versión original. Por eso aconsejo la novela exclusivamente para público adulto.