Los incapaces

El presidente del Celta durante una intervención. Foto: RC Celta

«Hay una larga lista de gente a la que el VAR y su gestión en partidos del Celta beneficia, tapa errores estructurales y pensará alguno que será el Sevilla, el Mallorca o el Girona y en cambio yo pienso en Tapia, en Larsen, en Benítez, en Luis Campos y en el amado líder y la brillante Marian»

El miércoles 25 de octubre Marian Mouriño hija de y futura presidenta del Real Club Celta de Vigo se reunió con el presidente del Comité Técnico de Árbitros, Luís Medina Cantalejo.

La reunión estaba programada, según cuentan, hace meses, pero el club vendió el encuentro como una suerte de visita de una dama de hierro heroica que iba a cantarle las cuarenta a Medina Cantalejo y arreglar el conflictivo inicio del conjunto celeste con el VAR.

Haberte quedado en casa; desde que la hija de Mou fue a Madrid el VAR ha revocado un gol y un penal favorables al Celta. No sé qué dijiste o hiciste en esa reunión Marian, pero no se ve que haya funcionado.

Poco queda de la felicidad en la que vivía el celtismo en verano, el himno de C. Tangana y el fichaje de Benítez crearon una sensación desconocida en estos 20 años de mouriñismo, parecía que había una ruta, una idea, un plan.

Había dicho en verano Carlos Mouriño, el amado líder padre de la brillante camarada Marian, que en estos años habían descuidado la planificación deportiva, habían aprendido de ese error, parecía entender el emérito máximo mandatario que el Celta no es un banco, no es una empresa conseguida a base de braguetazos a la que sólo se le exigen dividendos.

Y es que este sapo de las decisiones del VAR, por no llamarle de otra manera más gráfica, es demasiado gordo para tragárselo y tapa más vergüenzas de las que descubre.

Puedo aceptar el gol anulado a Larsen ante el Madrid, me cuesta más que con 0 a 1 en el camp Nou no se pite ni revise el penalti de Gavi que conllevaría expulsión del barcelonista.

Puedo tragarme la falta faltita de Douvikas en el gol anulado frente a las Palmas, me cuesta un poco más tener que meterme en la garganta ese gol anulado a Bambá vs el Mallorca, gol que por cierto nos tendría fuera de descenso de haber subido al marcador.

Ahora bien, cuando se ven como se anulan las decisiones de árbitros a 10 metros de la acción contra el Girona y el Sevilla, uno no puede más que gritar. No, eso por ahí no cabe.

Y aunque todas esas acciones al aficionado le dejen exhausto, cansado, irritado, iracundo, en una competición cuyo calendario te empareja ahora con ese club modélico y hermano para una parte de nuestra afición, el único club modélico al que cazaron amañando partidos para no descender, ese club hermano que amañó partidos para que bajases tú y no él, el club simpático que te mandó a Unai Nuñez cedido con opcion obligatoria de compra -solo por esta última ya habría que considerarlos enemigos-, aun hastiado y enfadado con la liga, hay que pensar a quién excusan éstas decisiones arbitrales.

Porque  hay una larga lista de gente a la que el VAR y su gestión en partidos del Celta beneficia, tapa errores estructurales y pensará alguno que será el Sevilla, el Mallorca o el Girona y en cambio yo pienso en Tapia, en Larsen, en Benítez, en Luis Campos y en el amado líder y  la brillante Marian, a la que buen marrón deja su padre por cierto.

Cuando uno se enerva con el estamento arbitral olvida preguntarse como un jugador que ha sido mundialista, subcampeón de la copa América y de largo el mejor medio de la plantilla es incapaz de ser titular indiscutible en el decimoctavo clasificado de la liga, como es incapaz de no acabar expulsado con toda justicia cada dos días que juega, y quizás la respuesta a la segunda pregunta responda a la primera. Renato tarjeta, Renato incapaz, Renato con la inteligencia futbolística de un calamar.

Xurxo, Xurxiño Strand Larsen, ni una mala palabra, siempre una sonrisa, alto guapo y educado, pero yo no quería un yerno perfecto, quería un delantero.

Que incapaz es Xurxo, 193 centímetros de noruego que no gana una por alto, que remata fuera 3 ocasiones manifiestas por partido, que lleva 7 goles en 44 partidos de liga, siete en cuarenta y cuatro, siete.

Benítez que empieza ya el pobre a desvariar, a tener miedo hasta de su sombra, a ser timorato y darle la vuelta cada semana a todo.

Luis Campos, incapaz, incapaz de traer a nadie con el dinero de Brais y Gabriel, incapaz de fortalecer de una vez un medio campo que lleva años vendiendo sin reponer y que con Beltrán, Luca o Sotelo parece los estantes de un supermercado venezolano, incapaz de traer más que saldos que encuentra de rebote entre su maraña de contactos.

Marian y Carlos, Carlos un incapaz que lleva años sin saber si quiere vender o comprar, que hace la fiesta del centenario de un club de Vigo en Mos y solo para sus invitados; Marian que quería menos gente en Balaidos para que no le pitaran a papá y que va a pedir que nos tomen en serio y se ríen mas de nosotros.

Y Carles Pérez ese jugador incapaz, fichaje estrella que acaba cumpliendo el rol que debía cumplir Miguel Rodríguez, y Unai o Mingueza dos defensas que no defienden, pero se dicen finos con el balón en los pies, dos incapaces.

O nuestro querido Iago, al que el viejazo le ha asaltado como el señor del mazo en el Tourmalet, incapaz de marcar un gol, hasta él es un incapaz ya, que Dios nos coja confesados porque al que nos libro del infierno el año pasado lo vendimos a Arabia con nocturnidad alevosía, y el dinero en el banco, para cuadrar cuentas como si esto fuera una empresa heredada, incapaces SAD.