Año 1999. Susana es una joven vasca con raíces gallegas. A sus veintiún años viaja a Tui para conocer a su familia por parte de madre. Esa visita le cambiará la vida; no solamente sabrá cosas sobre su madre que le fueron ocultadas, sino que conocerá al joven Pelayo, y continuará la aventura que inició su madre antes de casarse: intentó localizar una reliquia del siglo I, el báculo de San Epitacio, discípulo de Santiago Apóstol y primer obispo de Tui.
Autor: Emilio ESTÉVEZ MARTÍNEZ – Editorial: ACEN. Castellón, 2022 – Páginas: 281 – Género: Aventura – Público: General
El pasado 7 de octubre acompañé a un amigo a Tui, a la presentación de un libro que publicaba Emilio Estévez (Tui, 1973), colega suyo como profesor en la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Vigo, amigo personal, y hombre inquieto donde los haya: ingeniero, profesor, empresario (es también el gerente de Coplant Galicia, S.L., comercializadora de plantas en Goián), y ahora escritor. Es el libro que reseño a continuación, que me supuso una sorpresa sin duda muy agradable.
La presentación resultó muy amable. Se veía que el escritor estaba en su salsa, rodeado de mucha gente – mucha, mucha gente – que le quería y admiraba. Dejó claro que él era un tudense orgulloso de su familia y de su tierra, y que esperaba que el libro sirviera para conocer un poco mejor la historia de Tui. Yo, desde luego, no tenía ni idea de la existencia de ningún san Epitacio (me suena más a epitafio, como a los demás). Natural de Plasencia, Obispo primero de Tui y luego de su Plasencia Natural, y mártir en la persecución de Nerón, en torno al año 58 de nuestra era. Discípulo directo del apóstol Santiago, ahí es nada.
Para tranquilidad de todos, tengo que decir que Estévez no nos entrega una novela histórica, ni mucho menos. Por supuesto da la información (poca) que tenemos sobre san Epitacio, pero entrega una novela moderna, juvenil y fresca; con las virtudes y defectos de una opera prima, es cierto, pero de lectura agradable y cómoda. Sitúa la acción en 1999, lo que facilita mucho la narración, ya que no hay redes sociales ni Internet de la que preocuparse. La protagonista es Susana: una joven vasca, pero nacida en Galicia, que contra su voluntad se ve obligada a pasar el verano del año en que ha terminado el tercer curso de medicina en una tierra que no conoce, Galicia, con una persona que no conoce, su tía abuela María. Todo lo que protestó internamente en el tren se transforma cuando conoce un poco mejor a la anciana, y ésta le entrega distintos recuerdos de su madre, ayudándole a conocerla mejor. Luego, conoce a su joven y atractivo vecino Pelayo…
Todo el relato remite a las novelas de aventuras con las que hemos crecido. Y tiene los elementos que tanto echo de menos en las novelas contemporáneas. En efecto, los protagonistas son, en su mayoría, gente buena: trabajadora, noble, leal, piadosa… Caritativa y preocupada por los demás, que entregan días de su verano por ayudar a la parroquia o en alguna labor de voluntariado. Que viven su noviazgo limpio, sin ser puritanos. Que van a misa y se confiesan, que tienen tentaciones, y unas veces las superan y otras no… Padres de familia, podéis regalar este libro a vuestros hijos, pues todo lo que van a encontrar son buenos ejemplos, personas de los que aprender. Insisto, con una naturalidad que desmonta.
El libro se lee a buen paso. Es muy inteligente la estrategia de dejar que escriba cada capítulo en primera persona un protagonista distinto (llega al alma, o a mí me llegó, ese título de cada capítulo: “Ella”, “Él”. Tan sencillo como original). Sí, hay que lamentar algunas comas de menos y otras de más, algún pequeño error gramatical, y alguno ortográfico de los que no ve el corrector de Word (cuando una cosa se graba a fuego, se graba con “b”; con “v”, sólo al poner impuestos). Y en algún punto de la trama, hay casualidades demasiado casuales; pero son detalles menores. Dijo Estévez en la presentación que ya tiene escrito el segundo tomo; y yo ya estoy esperando para leerlo.