Día 6 del año 1 después de Covid
La ausencia de lo cotidiano
Empiezo corrigiendo el encabezado. Estaba convencido de que sumábamos el séptimo día en cuarentena. Todavía no. Paciencia. Mientras tanto, sigo matando las horas en familia: feliz con los niños y, hoy puedo decirlo, también con mi mujer. Hace tres días se encontró mal: bronquios y garganta. La prueba y la incertidumbre de la espera… Finalmente, a primera hora, ha llegado la llamada: negativo. El bicho sigue fuera de la casa. O no. Quién sabe. Lo hemos celebrado con un desayuno, de nuevo, para seis. Estos dos días ella había vivido confinada en la habitación.
Son las cosas de un virus que nos roba todo lo ordinario. La compra, la familia, los amigos, el trabajo, los paseos, el viento, la lluvia, el aire… la existencia. Una terrible ausencia de lo cotidiano que va impregnando nuestras vidas. Mientras tanto, inventamos, gritamos y saltamos.
Después del negativo me he venido arriba y me he abalanzado sobre la plancha de toda la semana, acompañado por un buen ‘Informe Robinson’. Una montaña de ropa que ha ido deslizándose poco a poco, con el mismo tedio con el que caían los minutos.
La vida en cuarentena es eso. Una montaña rusa. A veces estás arriba, otras abajo. Pero hay que intentar mantener el equilibrio. A fin de cuentas, esto pasará y volveremos a disfrutar de tantas cosas que nunca hemos valorado porque venían de serie: la caña en el bar, las comidas familiares del domingo, los partidos del Celta, el ir y venir hacia el trabajo, los parques infantiles, las multitudes de los centros comerciales, las colas para comprar el pan… Pero no se preocupen, ya queda menos para recuperar la belleza ignorada de lo ordinario.
Enhorabuena, por el Negativo !
La familia de Vigo sigue esperando que les hagan el test después de DIEZ DÍAS aislada !!!
Mientras en la tele presumen de AutoTest en el Meoxoeiro !!!