Diario de un padre de familia confinado: Día 4

Día 4 del año 1 después de Covid

La guerra 

La guerra. Ayer salía esa palabra. Pero, ¿es esto como la guerra? ¿O tal vez sea peor? Porque en una guerra hay vencedores y vencidos; y la voluntad común de volver a construir, masticada durante el tiempo del conflicto. Ahora bien. ¿Aquí que hay? No lo tengo muy claro todavía. Todo ha saltado por los aires y parece que nos resistimos a creerlo. Es como si estuviésemos confiados y confiantes: no pasa nada, en un par de meses estaremos de nuevo en Balaídos, o en un bar con unas cañas, y seguiremos sufriendo con el Celta. ¿Es esto realmente así? ¿Tan fácil?

Ojalá. Pero me cuesta vislumbrarlo. Y no estoy hablando de economía, ya del todo reventada. Estoy pensando en el sistema. En el mundo que les queremos dejar a nuestros hijos. Tengo la impresión de que todo ha cambiado para siempre. 

Por fortuna, los míos aún no sienten ni padecen. O casi. Así que por aquí todo sigue igual. O casi. Porque como observan algunos estamos un poco más rayados. Por suerte, mañana es San José. Festivo. Y no piensen que tiro de ironía. No. ¡No tengo clases virtuales! Un motivo para la esperanza. Tal vez ya más relajado, vea el futuro algo mejor. Hoy no. Es tarde. Perdónenme.