Día 26 del año 1 después de Covid
El reto
Cada vez más páginas, cada vez más tiempo. Fuera continúa el goteo de una fina cortina de lluvia triste, casi gris, que se abre paso a través de un cielo también enormemente gris. Una pena gigantesca que devora las nubes a bocanadas hasta hacerlas desaparecer. La ausencia de cualquier atisbo de color más allá del gris y de la lluvia.
Augusto Monterroso escribió el mejor microrrelato que he leído: “Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Que en una adaptación de cuarentena podría resultar algo así como cuando se despertó, la ciudad todavía estaba allí.
Vigo está ahí, perenne y silenciosa. Vacía, sin sentido, en una Semana Santa sin procesiones, sin gente, sin familia, sin amigos. Por suerte, siempre nos quedará Internet.
Y en esas estamos, en un reto de Wthastapp. Terminamos el día embadurnando la cara en un plato de harina y retando a un cuñado, a un sobrino, a los suegros, o a quien sea. Una forma de ganar la libertad a través de la imaginación. Un salvoconducto a la alegría, que te recuerda que todo aquello que te importa sigue vivo y está ahí. Aunque nos queden las caras como panes. Total, no tendremos. que salir a la calle.