Día 21 del año 1 después de Covid
La búsqueda del tesoro
Ha sido una buena tarde. Hemos preparado una búsqueda del tesoro, y entre pista y pista he ido dejando los problemas. Al final, ni me acordaba de que continuamos existiendo confinados, o de que vamos a estarlo ya hasta el día 26. Por si acaso, para no dejar hueco a la tristeza, después me he puesto a limpiar la casa, y más tarde a charlar a voz en grito con Anselmo, uno de mis vecinos. Ya se imaginan, de esquina a esquina.
Y así, en el tiempo de un chasquido, me han dado las nueve de la noche. Mañana, extraño Domingo de Ramos. Las calles de Vigo deberían estar abarrotadas acompañando a la borriquita, en una de esas adorables muestras de fervor popular que hemos ido haciendo nuestra al tiempo que crecíamos como ciudad. Todos juntos detrás de una imagen que atrae por su simpleza. Una multitud que hoy se hace extraña, incomprensible, mientras la noche devora la ciudad desnuda.
El año que viene nos resarciremos, no se preocupen. Mientras tanto, toca aguantar. Si lo piensan bien, ahora sí que estamos prácticamente rozando el ecuador. Y tampoco ha sido tan duro, ¿no? O sí. Qué más da. Ha sido, que no es poco. Lo importante es disfrutar cada jornada, sea en las condiciones que sea. Y si dudan, si piensan que no pueden, si la debilidad, el hastío o la pereza de vivir un ‘déjà vu’ les hace pensar que nada va a volver a ser igual, háganse una búsqueda del tesoro. Funciona.